Colegio Misericordia Rafaela

Según una antigua tradición, la Iglesia, ni en este día ni el sábado celebra los grandes Misterios del Señor.

El misterio por celebrar hoy es una cruz dolorosa y sangrante, pero a la vez victoriosa y resplandeciente. Tenemos la mirada fija en Cristo crucificado. Ante Él, ante su entrega total, estamos movidos por la fe, la admiración, el agradecimiento, el amor.

En la Liturgia de la Palabra, contemplamos a Jesús Salvador y Sacerdote Eterno en su Pasión Redentora.

Luego, es llevada la Cruz al altar, para ser adorada por toda la asamblea.

Al finalizar esta adoración haremos Memoria de los dolores sufridos por la Santísima Virgen junto a la Cruz de Jesús.

Por último, nos unimos a Jesús en la comunión Eucarística.

Por todo esto, es día de silencio.

Calla el hombre y habla Dios.

Llega Cristo, el Rey de la verdad. Que la celebración de este Viernes Santo nos una más a Jesucristo y nos conceda su misericordia.

"Miremos a la Madre de Misericordia. Que la dulzura de su mirada nos acompañe para que todos podamos redescubrir la alegría de la ternura de Dios.

Ninguno como María ha conocido la profundidad del misterio de Dios hecho hombre. Todo en su vida fue plasmado por la presencia de la Misericordia hecha carne. La Madre del Crucificado Resucitado entró en el santuario de la Misericordia divina porque participó íntimamente en el misterio de su amor"

Misericordie Vultus 24 - Papa Francisco

¡Feliz semana de la Misericordia!

Junto a María redescubrimos la misión profética de comunicar la Misericordia del Padre en lo concreto de nuestras vidas.

¡Unidas en la alegría de esta fiesta!

Madre María Rosa y Hermanas del Consejo - Provincia Religiosa de Rosario "San Juan Bautista"

El 18 de marzo de 1536 el humilde labrador Antonio Botta, se lavaba las manos a la orilla del arroyo Letimbro cuando de repente escuchó una suave y dulce voz que lo llamaba por su nombre. Al levantar la vista, vio descender del cielo envuelta en radiante luz, a la Virgen María. Antonio cayó de rodillas preguntando a María qué era lo que quería y Ella, con suavidad, le pidió que en ese lugar se edificase una capilla desde la cual irradiaría su mensaje de amor y piedad. El 8 de abril Antonio vuelve al lugar para encontrar a la Madre del Cielo de pie en el mismo lugar, vistiendo una túnica blanca y sonriéndole dulcemente. Y una vez más volvió a hablarle para decirle la recordada frase “Misericordia quiero y no justicia”. En Julio de ese mismo año se edificó un santuario dedicado a Nuestra Señora de la Misericordia. El Papa Pío VII visitó el lugar y coronó solemnemente a la Virgen el 10 de mayo de 1815, en una emotiva y multitudinaria ceremonia. Este domingo 10 se cumplieron 200 años de este hecho tan importante para la familia de la Madre Rossello.