El 18 de diciembre nos encontró juntos, satisfechos, contentos, celebrando con Jesús; compartiendo logros, emociones, situaciones, aprendizajes que nos ayudaron a crecer.

Nos reunimos como familia rossellana en la eucaristía presidida por el P. Héctor Casale para dar gracias por el fecundo año escolar compartido que finalizó abrazado por el comienzo del Jubileo de la Misericordia.

En la Santa Misa fuimos invitados a ser dóciles al llamado de nuestro Padre y a abrirnos al misterio de la Encarnación que es fuente de alegría, serenidad y paz.

Nos despedimos de la mano de María, nuestra Señora de la dulce espera y le pedimos a la Madre Rossello que su espíritu de misericordia y amor no nos abandone.

¡Muy felices y hermosas vacaciones!

¡Hasta el año que viene, si Dios quiere…!