DÍA DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN Imprimir

Dios nos regaló la vida y nos dio un corazón. Pero ese corazón, ya desde nuestra concepción, tiene una pequeña manchita, fruto del pecado original. A medida que crecemos y en la cotidianidad de nuestra vida, muchas veces seguimos agregando manchitas con nuestras faltas de amor.

Descubrimos que el corazón de María fue custodiado por Dios de una manera especial. Ella fue la elegida para ser la madre del Salvador y su corazón fue preservado de toda mancha.

En el Jardín nos consagramos a María pidiéndole que custodie nuestro corazón para que lo llenemos cada día más de Dios, de bondad, de verdad, de belleza.