El mate es para la vida de nuestro pueblo, un signo de fraternidad. Para prepararlo y compartirlo, no se necesita ser de una determinada clase social, tener un cierto apellido, o tal color de piel, sino un corazón abierto y generoso.

Podemos encontrarlo en tantos lugares donde se celebre la vida...

 La PALABRA DE DIOS es como el agua: ella es recibida con el corazón abierto por el grupo o la Comunidad, que la calienta con el fuego de los dones personales de cada integrante,  puestos en común,  dones que estamos invitados a entregar para que arda con fuerza en el  leño de la Vida…

 En las primeras horas de la tarde del viernes 22 de septiembre, los niños de 6º grado compartieron con sus abuelos una “Mateada Bíblica”. En esta propuesta reflexionaron diferentes citas de la Palabra de Dios distribuidos en 12 grupos. La novedad fue que tuvieron que presentar una reflexión final con el formato de una payada o refrán gauchesco. Mientras tanto, compartieron el mate, tortas, galletitas y el diálogo fraterno con los queridos abuelos.

Fue muy emotivo ver a los chicos con sus seres queridos…

Los abuelos manifestaron que se sentían felices y que desearían más experiencias así para compartir con sus nietos.

El mate fue la excusa para encontrarnos, fue el signo de fraternidad que nos motivó a reunirnos…

Agradecemos profundamente a todos los que participaron y a la Seño Silvia, bibliotecaria, que nos acompañó como paisana y con su guitarra, para ponerle música a cada refrán…

La Palabra siempre congrega y nos abre el corazón para dar de nosotros lo mejor.

Seños Viviana y Liliana.