Es el momento litúrgico más importante para los que queremos a Jesús. Con nuestros pequeños de sala de 4 años, realizamos diferentes celebraciones para rememorar lo que vivió Jesús antes de entregar su vida por nosotros.

Domingo de Ramos:

Con una sencilla representación a cargo de algunos niños, entendimos quién es el rey de nuestra vida, un rey de amor al que debemos imitar.

Jueves Santo:

Preparamos una mesa especial, como lo hizo el Señor con sus amigos  y juntos, luego de haber realizado el gesto del lavado de los pies, compartimos un pedazo de pan como  signo de humildad y entrega desinteresada  a nuestros compañeros.

Viernes Santo:

En silencio y con mucho respeto caminamos hacia la Capilla del Colegio. Allí, como gesto, nos acercamos a besar la cruz y le pedimos a María que nos enseñe a estar en todo momento bien cerquita de Jesús.

Con la confianza en el Padre del Cielo, concluimos la semana con un corazón gozoso, lleno de luz de Jesús Resucitado.