El 10 de agosto de 1837, el Obispo dio canónicamente principio al Instituto “Hijas de Nuestra Señora”.

Las cuatro jóvenes, piedras fundamentales del nuevo Instituto son: Benita Rossello, Ángela y Dominga Pescio y Paulina Barla.

Nosotros estamos aquí porque un pequeño grupo de mujeres, soñaron y proyectaron teniendo a Dios en sus corazones y sus manos puestas en el trabajo. Somos parte de esta gran familia de la Madre Rossello…somos custodios de esa herencia. Nuestro compromiso no es solo custodiarla sino resignificarla en cada una de nuestras realidades.

¡El corazón a Dios y las manos al trabajo!